- Especialista de Sisol resalta la importancia de la vacuna contra la hepatitis B para niños y adolescentes, junto con las vacunas infantiles de rutina, a partir del nacimiento.
Cada 20 de junio se conmemora el Día Nacional de Lucha contra la Hepatitis B, con el objetivo de tomar conciencia sobre esta enfermedad, que se transmite por contagio directo y puede prevenirse a través de la vacunación.
Abraham Rodríguez, médico especialista de Sisol Salud, explica que el virus de la hepatitis B produce una inflamación crónica del hígado, que, de no tratarse a tiempo, puede desencadenar enfermedades crónicas, como la cirrosis y el cáncer de hígado.
Señala que la hepatitis B es un virus que se encuentra en las secreciones del cuerpo humano (saliva, sudor, semen y secreciones vaginales) y que la principal causa de contagio es mediante el contacto con sangre infectada, en su mayoría por vía sexual.
“Si una persona se contagia, los síntomas pueden aparecer entre seis semanas y seis meses después de la exposición, pero generalmente se dan dentro de los cuatro meses. Esta enfermedad es silenciosa, ya que generalmente no presenta síntomas, y cuando estos aparecen pueden ser indicio de un mal hepático en fase avanzada. Los síntomas son malestares generales, náuseas, vómitos, fiebre, dolores abdominales y coloración amarilla de ojos y piel, entre otros”, añade el especialista.
Respecto del tratamiento, Rodríguez indica que no hay medicamentos o antibióticos para la infección aguda una vez que aparecen los síntomas. El portador crónico del VHB debe evitar las bebidas alcohólicas y la medicación que afecta el hígado, pues, de lo contrario, la enfermedad hepática puede empeorar.
Prevención y diagnóstico
El médico resalta que la vacuna contra la hepatitis B es segura y eficaz, es recomendable para personas que están en entornos de alto riesgo y aún no se infectaron, y para bebés de madres portadoras del virus. Se recomienda la administración universal de la vacuna de la hepatitis B a todos los niños y adolescentes, junto con sus vacunas infantiles de rutina, a partir del nacimiento.
Una biopsia hepática también puede ayudar en el diagnóstico de la enfermedad y conocer la condición del hígado. Adicionalmente se realizan pruebas de sangre para un perfil hepático, que indican al médico si el hígado está funcionando de manera adecuada.