El aislamiento social en el que vivimos a causa del COVID-19 está generando en la población mucha ansiedad, depresión e insomnio, debido a que las actividades no se están desarrollando con normalidad, explicó la psicóloga de Sisol Salud Cecilia Portocarrero.
Sostuvo que la cuarentena en la que nos encontramos hace que las personas perciban un desorden en su vida. “Normalmente la persona salía a trabajar muy temprano y llegaba a casa solo a descansar. Pero al no realizar esa actividad existe demasiada energía acumulada, la cual no le permite continuar con el ciclo de vida que anteriormente llevaba”, comentó Portocarrero.
El reloj biológico de las personas ha cambiado porque muchas se acuestan tarde y se levantan tarde; no desayunan y tampoco se alimentan bien. Eso perjudica en demasía su salud, indicó la especialista.
Consideró que los jóvenes entre los 20 y 25 años están generando mucha ansiedad y sufren con el aislamiento social. “Ellos ya tienen una vida estructurada; algunos estudian, otros están por acabar la universidad, y esta situación los está frustrando porque consideran que no van a llegar a cumplir con sus metas y esto les genera mucha ansiedad”, dijo.
De la ansiedad se pasa fácilmente a un cuadro de depresión, el cual se refleja, por ejemplo, en una mala alimentación; a esto se suman la tristeza y el insomnio. “Si una persona no descansa bien, obviamente todo su metabolismo y su nivel hormonal van a cambiar, y eso altera el sistema inmunológico”, precisó.
La ansiedad y el miedo también pueden generar insomnio, sobre todo en aquellos que hacen uso indiscriminado del celular.
“Hay muchas personas que duermen con el celular, y no es recomendable hacerlo por la serie de factores que implica; entre ellos, estar pendientes de las noticias, de las redes sociales, que distraen mucho y hacen que no se pueda conciliar el sueño”, detalló.
Ante esta situación, la psicóloga de Sisol Salud recomendó elaborar un plan de trabajo. Por ejemplo, levantarse temprano para que la mente comience a trabajar de la misma forma como lo hacía antes.
Finalmente, propuso que las actividades que se desarrollan en casa se hagan en compañía de los hijos, para que ellos no piensen que están de vacaciones. “Ellos deben involucrarse en los quehaceres del hogar”, concluyó.