Este fin de semana se iniciará la vacunación contra el COVID-19 a adolescentes de 12 a 17 años con comorbilidades priorizadas, según la disposición del Ministerio de Salud. Frente a ello son muchas las interrogantes que se plantean algunos padres de familia y los mismos menores.
En ese sentido, Cecilia Portocarrero, psicóloga de Sisol Salud de la Municipalidad de Lima, explica que es importante diferenciar entre el temor al COVID-19 y el temor a las agujas; es por ello que se debe empezar a preparar al menor en el tema de la prevención.
“Es importante hablarle al adolescente con la verdad para que esté enterado de lo importante que es vacunarse contra el COVID-19 y cuáles son las consecuencias si en caso el menor no quisiera vacunarse. No podemos obligar al niño a que se vacune porque entraríamos en una situación complicada que no sería favorable para su salud mental; lo que se debe hacer en ese caso es ir preparándolo para el momento”, comenta.
La especialista señala que, según la edad del menor, el padre y el terapeuta o psicólogo que atiende al joven deben plantear la estrategia que se llevará a cabo para que el progenitor lo acompañe durante todo el proceso. “Es importante que se tenga una conversación previa, especialmente con los menores que tienen autismo o trastorno de déficit de atención e hiperactividad”, dice.
Portocarrero añade que no se debe generar miedo con frases como “Pórtate bien; si no, el doctor te va a poner una inyección”. Al contrario, el familiar debe ponerse como ejemplo y decir: “Yo ya me vacuné, tu abuelita también y no pasó nada; todos estamos bien”.
Ansiedad y miedo
Un niño puede presentar ansiedad el día en que debe vacunarse, pero si tiene el soporte de mamá, papá y el personal de salud, ello le transmitirá tranquilidad.
La doctora explica que, de acuerdo a la edad, los miedos se presentan de diferentes maneras; además, añade que la personalidad y el temperamento influirán mucho en cómo el adolescente se comporta en el momento de la inmunización.